La calle parece un horno. Hace un calor de morirse y la humedad de Nueva York es diez veces peor que la de Buenos Aires. Son las 11 de la noche y pareciera que todavía esta pegando el sol de las tres de la tarde.
Ese fue el reporte metereológico del día de hoy.
Grace y Luli partieron de vuelta a Buenos Aires, la gran sorpresa fue increíble. La pasamos espectacular. En estos cinco días no paramos ni un minuto, estuvimos de bar en bar, de fiesta en fiesta y comiendo sin parar. Me di cuenta que las extrañaba, mi vida social aca es una lágrima y el contacto más cercano con una persona desde que llegue fue con la gorda que durmió en mi cama el primer día...
Fue bueno compartir esta ciudad con ellas porque hay tantas cosas para hacer!!!
La última noche fue la mejor. Fuimos a comer a un restaurant indú en Chinatown. El lugar es super chiquito y estaba decorado con lucecitas de navidad, pero no de una manera cool y sutil sino que literalmente estábamos adentro de un arbolito. Estábamos sentados en la mesa y las luces que colgaban nos llegaban a la cabeza, el lugar entero era una luz navideña, no había paredes, había luces. La comida estaba buena, pero yo no me pude concentar ni en leer el menu porque me obsesioné con la música que era un SUFRIMIENTO. El cantante era como un luis miguel más sufrido y para mí que hablaba en coreano. La música parecía un lamento boliviano pero el idioma era indescifrable. Ya el lugar era raro porque quedaba en Chinatown, todos los mozos era chinos y la comida era indú. Así que los chicos pidieron una variedad de platos y todos compartimos un poco.
En el medio de la comida se apagaron todas las luces y se prendió una única luz de bola de boliche, esas que giran descontroladamente y mientras había un remixado estilo cmpleaños indú-coreano se acrecaron una fila de mozos a la mesa con una bandeja de 5 helados, uno tenía una velita. Me pusieron la bandeja en frente y todos los mozos a mi alrededor se pusieron a aplaudir y alentarme para que soplara la velita. Ese momento fue terrible, me pegué un cagazo de la puta madre, no entendía que estaba pasando. Tuve que apagar la velita y cuando se apagó automáticamente el lugar volvió a la normalidad. En un momento pensé que había sido un sueño, le pregunté a Grace y me dijo que no. Fue un momento raro, nunca entendí qué es lo que había pasado.
Después nos fuimos a uno de los mejores bares que fui en mi vida. Nos adentramos en las angostas callecitas de Chinatown en donde Giny (la amiga americana de Grace) nos mostraba una de las esquinas históricas de Nueva York que era famosa por haber sido una de las calles más sanguinarias de la ciudad.
Entramos igualmente. Antiguamente el lugar había sido un fumadero de opio y ahora lo transformaron en una especie de taberna medieval. Los tragos son "pociones", literalmente todas las botellas de alcohol tienen forma de recipientes farmacéuticos. Los bartenders están vestidos de boticarios y llevan puesto delantales blancos. Todo el lugar es de ladrillo epuesto y tiene arcos imitando una especie de catacumba e iluminado con velas, al mismo tiempo tocaba una banda de jazz en una esquina...Nunca vi un un bar tan increíble.
Nosotros teníamos reservada una mesa y en seguida arrancamos con las pociones. A la tercer poción cuando la banda terminó y arrancó la música todos nos levantamos automáticamente y empezamos a bailar en el lugar. Estabamos extasiados y todas la mesas a nuestro alrededor nos miraban sentados....Poco a poco fuimos contagiando a los sentados y se fueron parando para bailar. Bailamos como si fuera el último baile de nuestras vidas, la música estaba buena pero no era motivo de tanta exitación, eran las pociones másgicas del lugar...Y era en realidad nuestra última noche, o mejor dicho la última noche de las chicas en la ciudad.
La despedida fue triste, cada una se subió a un taxi diferente entonces nos despedimos ahí en esa esquina en donde murieron millones y millones de personas. La famosa esquina fue el escenario del adiós....
Las voy a extrañar mucho chicas y gracias por "el paquete"...Me encantó.
Soli, estoy llorando de la risa, literalmente. Fue como vivirlo de nuevo. Una locura...
ResponderEliminarTe faltó el relato de The box.
Cuánto misterio...Qué habrá salido de la caja de pandora...
ResponderEliminaruna botella.
ResponderEliminarcreeme que no querés saber más...