27 de Abril

Reporte desde la facultad: mi nueva sede por esta semana.

Por primera vez en la vida usé paraguas. Nunca me gustaron los paraguas porque me fascinan las capuchas. Pero acá en Nueva York me di cuenta que no puedo andar sin paraguas en un día de lluvia. Hace una semana que está lloviendo y mi capucha no es suficiente para cubrirme. Acá no llueve como en Buenos Aires que de repente por ahí te mojas un poco, acá llueve torrencialmente. Aparte no hay techitos ni puestitos para cubrirse, hay que caminar bajo la lluvia torrencial, o correr para no empaparse.
Ahora entiendo las películas románticas en las que de repente se larga a llover y los protagonistas corren bajo la lluvia hasta llegar a la casa de sus amados y tienen que sí o sí sacarse la ropa porque están ensopados. Es posible...pensé que era falso y forzado, pero comprobé que uno puedo mojarse hasta la ropa interior caminando por las calles de NY bajo la lluvia.
Todo el mundo usa un paraguas. Es muy lindo ver todos los paraguas de distintos colores y tamaños en los días grises, le da un toque de color al día. Y yo tengo el paraguas más lindo de toda la ciudad, ahora de repente me encantan los paraguas. Mi vieja me dejó este paraguas que se compró en un museo, es todo negro y está decorado con millones de zapatos de colores. Me encantan usarlo, sobresale entretodos los paraguas normales porque es el más lindo. El problema es que como no estoy acostumbrada a usarlo todavía no sé como manejarlo. Siempre suelo caminar a todo lo que da, pero ahora que tengo el paraguas estoy obligada a caminar con precacución porque sino le voy a sacar un ojo a alguien. Es difícil caminar con paraguas, tengo que aprender a manejarlo.
Estoy contenta porque esto de usar paraguas forma parte de mi crecimiento personal (quiero asociarlo así). En Bs As nunca me fue necesario usarlo y ahora siento que si salgo a la calle sin mi paraguas en día de lluvia me voy a empapar toda. Y acá no hay techos para impedir la lluvia.